La Masía acaba de incorporar a su catálogo de productos nuevas referencias de aceites funcionales: de lino, aguacate y sésamo. Unos aceites que, más allá de sus efectos nutricionales, ayudan a mejorar la salud de nuestro sistema digestivo y pueden producir efectos metabólicos, fisiológicos y beneficios para nuestra salud.
El aceite de sésamo forma parte de esta nueva variedad de aceites que acabamos de lanzar en La Masía. Se trata de un producto 100% vegetal, perfecto para utilizarlo como complemento nutricional para dietas veganas y vegetarianas. Además, cuenta con certificación del Consejo de Agricultura Ecológica de Andalucía, lo que garantiza que se trata de un producto ecológico.
Este aceite funcional tiene un alto contenido en Omega 6 y en Omega 3 y 9, aunque en menor medida. Estas propiedades ayudan a mantener a raya los niveles de colesterol en sangre. Además, el aceite de sésamo ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares e inflamatorias, regulando a la vez el sistema inmune. Del mismo modo, tiene efectos antioxidantes y anti-radicales libres.
Es aceite de sésamo es un producto ecológico y enteramente natural, que no contiene azucares ni edulcorantes. Entre sus componentes no se encuentra ni el huevo, la lactosa ni la proteína láctea, haciendo posible que cualquier persona alérgica o intolerante pueda consumir el producto sin riesgo alguno.
El aceite de sésamo es perfecto para su consumo en crudo, directamente sobre una sopa, fideos, verduras, pescados y ensaladas. Así, garantizamos beneficiarnos al máximo de sus propiedades.
Pero este aceite también es compatible con la elaboración de gran cantidad de recetas. Se recomienda combinar su uso con otro aceite vegetal como puede ser el de girasol, para conseguir un equilibrio conveniente.
A nivel cosmético, el aceite de sésamo es un producto perfecto para la hidratación de pieles muy secas o castigadas. Y es que, aporta a la salud de nuestra piel múltiples efectos antioxidantes y vitaminas que contribuyen a su revitalización y reparación.
Se recomienda la conservación del producto en un lugar fresco y seco, protegido de la luz. Una vez abierto, ofrece una vida útil de 18 meses, aunque debe asegurarse de que está bien cerrado después de cada uso para que sus propiedades y su sabor se mantengan intactos.