En el mercado disponemos de múltiples opciones a la hora de comprar aceite de oliva. Es habitual que nos surjan dudas sobre cuál debemos adquirir, pues según el uso que queramos darle en la cocina deberemos decantarnos por uno u otro. Independientemente del tipo de recetas que vayamos a preparar, hay ciertos aspectos generales que tenemos que tener en cuenta al comprar aceite de oliva:
1. Comprueba la etiqueta para saber a qué variedad corresponde el aceite. Existen cuatro calidades de aceite: aceite de oliva, aceite de oliva virgen, aceite de oliva virgen extra y aceite de orujo de oliva. El de mayor calidad es el virgen extra que, en nuestro caso, se corresponde con las variedades Excelencia y Premium.
2. El color no es sinónimo de calidad. Seguro que te has fijado en que no todos los aceites tienen el mismo color. Esto no quiere decir que sean de mejor o peor calidad. El color depende, entre otros factores, del momento en el que se ha recogido la aceituna y de su variedad.
3. Presta atención a la fecha de consumo preferente. El aceite de oliva no tiene caducidad, sino fecha de consumo preferente. Es decir, en su etiquetado se indica la fecha a partir de la cual ya no se puede garantizar que conserve intactas sus propiedades. Según esto, se recomienda no comprar aceite si pensamos que no podremos consumirlo antes de su fecha de consumo preferente.
4. La acidez no afecta al sabor. A diferencia de lo que piensan muchos consumidores, la acidez no está relacionada con el sabor del aceite. Se trata de un parámetro que se analiza en los laboratorios para comprobar la cantidad de ácidos grasos libres que tiene un aceite. En este sentido, un nivel bajo de acidez es positivo en cuanto a calidad, siendo el aceite virgen extra un claro ejemplo de aceite con baja acidez.